(Costa Rica 1970) Licenciado en Lingüística y Literatura por la Universidad Nacional. Profesor de Español en Ministerio de Educación Pública.
Perteneció al taller literario del Café Cultural “Francisco Zúñiga Díaz”, en el que dirigió las publicaciones Semblanza, Frondas y Biblioteca del Café (1992-1996).
Fue incluido en Voces tatuadas (Crónica de la poesía costarricense 1970-2014), del poeta argentino Jorge Boccanera.
Ha participado en el Encuentro Nacional de Poetas (San Ramón, 1995) y en el Encuentro Internacional de Escritores Eunice Odio In Memoriam (San José, 2011).
Ha publicado
Todo es lo mismo y no es lo mismo (1994)
Entre dos oscuridades (1996)
Fragmentos Fantasmas (2000)
Las esferas de la memoria (2004)
Corriente subterránea (2012)
Fábulas de un poeta que lee en un teatro vacío esperando que sus lectores nazcan del polvo de las butacas (2014)
Grado Cero (2015)
Vuelta de hoja. Selección personal (1994-2018)
12
Las rosas huían por los filos
de las últimas curvas del aire.
Federico García Lorca
Fulge en su materia rota
un cocodrilo de luna,
y llora desde su cuna
un blanco duende de jota.
En su voz de verde sota,
Nueva York, Madrid, Granada
pulsan su gitana espada,
que pistila entre la sombra
del zacate que le alfombra
como una rosa quebrada.
Epístola Del Desterrado
Estimado amigo:
Sabrá que no he puesto la pluma en remojo,
Aunque el invierno se colgó de una osamenta,
Le cuento que los señores de la ley han acertado
En que el vómito de un muchacho da asco a estas alturas,
Mientras la tristeza o la soledad
Goteaban de la ropa tendida en el patio.
Por si fuera poco, la amargura
Ha trazado el humo de mi último cigarrillo,
Y en el café de siempre,
Ya no me fían un par de tostadas.
Por ahora, he tenido que hacer un calendario,
Para que los minutos
Dejen de burlarse de aquella metáfora,
En que los pescaditos medallaban su hasta entonces.
También le cuento que a pesar de encontrarme
Tan resentido los lunes,
Escribo un ensayo sobre la marea baja y un monólogo,
Donde autorizo a que el viento me despeine.
Además, ya no busco al Che
En esas elegías llenas de mandrágoras,
Sino que me la paso mirando a las muchachas,
Y escribiendo poemas de amor,
Donde lo único que me resta,
Es aprender a rimar un vidrio roto,
Y el hielo de un trago a medianoche.
Angélica Murillo Celebra Su Cumpleaños En Las Cuevas De Ajanta
Alrededor del almendro,
baila la niña de las azucenas.
Alrededor del almendro,
hay un coro de nubes,
entre las nubes,
el caballero holandés
ha puesto una mesa,
y sobre la mesa baila
la niña de las azucenas.
Esto mirado por el rabillo del ojo
parece un circo de palomas.
sobre la arena candente.
La hormiga hace piruetas.
en el trapecio.
La niña de las azucenas
aplaude y taconea,
taconea y aplaude
el espectáculo de los bigotes del gato.
El caballero holandés salta tres veces
sobre la cuerda mañosa,
al cuarto menguante se le ha caído la peluca
y el talco se escapa por el suelo.
Bajo el árbol de la anunciación,
los bailarines han confundido
la marisma con la marea,
y la niña ha pisado sin querer
el cráneo de una medusa.
Se ha caído una gargantilla de lágrimas de San Pedro,
y el caballero holandés ha encontrado
los labios de la niña de las azucenas.
Las nubes están tristes;
tristes, los árboles viejos,
sobre la mesa de mimbre
el baile ha dejado al sueño.